En una reciente sentencia, el Tribunal Supremo ha establecido los criterios para aceptar como prueba en un juicio aquellos mensajes recibidos a través de redes sociales. Aunque dichos mensajes pueden ser válidos, se establecen distintas cauteles para evitar la manipulación de los contenidos.
En caso de que una parte acompañe como prueba un mensaje vertido a través de una red social, la prueba pericial será indispensable para identificar el origen real de esa comunicación, así como la identidad de los interlocutores y el contenido exacto.
La sentencia del Tribunal Supremo, que confirma un caso de abuso sexual a una menor, establece los criterios a seguir, aun cuando en este caso en concreto se conforma con que la menor facilitara al juez el acceso a su cuenta (de Tuenti, en este caso, aunque puede valer para Facebook, Twitter o Instagram) y con la declaración del otro menor que intervino en la conversación.
No obstante, entiende el Tribunal Supremo, “la posibilidad de una manipulación forma parte de la realidad de las cosas” y por ello establece una serie de medidas para asegurar la veracidad de dichos mensajes.
Podemos concluir, por tanto, que una prueba obtenida a través de Internet, cuyo soporte sea virtual y no físico, es perfectamente válida en sede judicial y la aportación debe ser admitida.
Para aportar este tipo de prueba, no vale el simple pantallazo, que puede ser manipulado con relativa facilidad, sino que se debe encontrar respaldo en otro tipo de pruebas adicionales, como el testimonio de los implicados, una certificación notarial o la puesta a disposición del juzgador de las claves personales, para poder realizar las comprobaciones necesarias.
No es fácil, en todo caso, lidiar con este tipo de material en unos Juzgados, los nuestros, que están aprendiendo a marchas forzadas a manejar determinados usos sociales. En todo caso, las relaciones personales tienen ya un componente virtual al que todos los operadores jurídicos, desde los abogados hasta los propios jueves, debemos adaptarnos lo más rápido posible.